Cuando éramos dos... Ahora que somos cuatro
Al de poco de conocernos, ya nos planteamos hacer alguna escapadita en furgo. Por aquel entonces Eneko tenía una Opel Combo, un camping gas y lo demás, sobre la marcha. Decidimos aprovechar de viernes a domingo y nos fuimos hacia Zugarramurdi. Ninguno de los dos lo conocíamos y teníamos ilusión por visitar esa zona. Recordamos ese viaje como algo muy especial, el inicio de una historia con muchos KM que recorrer juntos.
Seguimos viajando, pero esta vez cambiamos de furgo una Fiat Doblo. No lo pensamos mucho, pensamos qué sitios nos apetecían ver (teniendo en cuenta que solamente disponíamos de 15 días), llenamos de cuatro trapos una mochila, desatornillamos los asientos traseros de la furgo, cogimos un colchón de casa que entraba justo pero justo-justo y arrancamos. Fue una aventura alucinante. Decidimos perdernos por la costa portuguesa y nos enamoramos de ella, de su gente, paisajes y dulces!
Fue toda una aventura, para much@s furgoneter@s experimentad@s será algo común, buscar tu sitio furgoperfecto ese en el que sea un lugar en contacto con la naturaleza, que puedas acampar en trnquilidad y disfrutar de una calma que deseas sentir. Tuvimos la suerte de encontrarlos: El primer sitio fue Aveiro, la Venecia portuguesa. En esta ocasión dormimos en un guest house muy peculiar: lleno de neveras por todos los lados, una habitación con dos pisos y que escondían puertas que te llevaban a cuartos llenos de secretos. Un lugar muy económico y con mucha peculiaridad. Continuamos con Peniche, un lugar que nos llamó la atención por su playa doble, una playa que la partía en dos una carretera. Y llegamos a un pueblo sacado de un cuento, Sintra, si los duendes o hadas existen, seguro que viven en Sintra. Rodeado de montes, repleto de castillos y lleno de artistas que vienen y van. Y como no, Lisboa nos transportó a pasear en su tranvía. Pocas horas pero muy bien aprovechadas. Finalmente alcanzamos el último punto que visitar Albufeira. Veníamos de un viaje de naturaleza, desconexión y calma y en la cala de san miguel continuamos en ese ambiente, pero no fue la guinda del pastel, quizá, por su agua polar o su masificación turística por eso decidimos disfrutar del momento, adaptarnos y continuar el viaje…. El siguiente destino fue Tarifa. Eneko había estado anteriormente, yo era la primera vez que iba y he de decir que me encanto, se me pasaron los días muy rápido y sé que algún día volveremos, pero siendo 4 en vez de 2 en la familia.
Y hablando de 4, en poco tiempo aumento nuestra familia. Primero llego Txibas, nuestra peque peluda y después, Aysel nuestra super heroína. A pesar de su corta vida, hemos podido disfrutar de conocer bastantes sitios. El primer viaje que hicimos fue de Bizkaia a Las Alpujarras, Granada. Por aquel entonces nuestra furgo seguía siendo la Doblo y una vez que duplicas la familia, no es tan fácil hacer las cosas a la ligera y más teniendo un bebe de 3 meses y sus miles de cosas necesarias… Nos quedamos cortos de espacio, necesitábamos un vehículo en el que poder viajar toda la familia.
Y llego ese vehículo, nuestra casa rodante, la txiboneta. Era la furgo idónea para nuestra familia y sabíamos que ahí podríamos continuar con nuestras escapadas anuales y disfrutartod@s junt@s. La emoción y el poco tiempo junt@s nos pudo y en las vacaciones de 17 días de verano nos hicimos 4.000km!!! si, una locura! Recorrimos de nuevo la costa portuguesa dada la buenísima experiencia que tuvimos. Esta vez, empezamos por Peniche, y acertamos. De primeras fuimos a preguntar por el camping municipal pero no había sitio (la verdad lo agradezco ya que estuvimos en un sitio mejor, a pie de playa). Aysel tuvo unas noches buenísimas, durmió del tirón, eso si, también tuvimos nuestras crisis… tardes guerreras por parte de la peque, para quienes seáis madres/padres o tengáis peques cerca: os será familiar la situación de cuando un@ niñ@ madruga y no se quiere echar la siesta…. Pero aun así fue perfecto! En esos 4.000 km anduvimos por Salamanca, Portugal, Huelva, Granada, Cabo de Gata, Burgos,… si, repito, se nos fue de las manos…. Pero qué lindo que fue!
